Fecha

lunes, 19 de enero de 2015

Otiñar


Castillo de Otiñar
Otiñar es uno de esos lugares donde se podría rodar una película de corte épico, aventurero o, de magos. Al gusto de; El señor de los anillos, Conan o Harry Potter.
¡Fotogenia no le falta!
Inicio del sendero
Abrigo natural a la izquierda
Bifurcación, cogemos la izda.
Pasamos la angostura
Antiguo camino entre los reinos de Jaén y Granada, estos parajes han visto el devenir del hombre desde mucho antes de la dominación árabe, ya en el Paleolítico dejaron huella de su paso por aquí con muestras de pinturas rupestres.
Nota:Para llegar: Coger la carretera desde Jaen al embalse del Quiebrajano, pasando por el Puente de la Sierra, y llegar hasta el km. 14 aproximadamente.
Dejamos el coche en algún anchurón -escasos, eso si- de la carretera. Comenzamos la ruta por el barranco la Tinaja, pasamos por una angostura, a la izquierda existe un abrigo natural. Rebasamos la angostura, y en este punto, hay una bifurcación en el sendero, el que sigue recto transcurre por el barranco, el de la izquierda se dirige al castillo.
Giramos a la izquierda en busca del castillo de Otiñar.
De esta fortificación de origen árabe, ya se tenía constancia en tiempos del rey Fernando III. Ubicado en el antiguo camino entre los reinos de Jaén y Granada, aún conserva el aire altivo desde el peñón donde mora desde hace siglos
Continuamos por un carril que nos lleva por entre un pinar, con la altura que vamos ganando, nos da para echar la vista atrás y disfrutar de las vistas al valle del río Quiebrajano dominado por los Tajos de la Alcandora, visible a ratos.
Dejamos varios cruces atrás -hasta tres concretamente- en los que siempre cogeremos a la derecha.
Después de un par de kilómetros, dejamos el pinar y salimos a un claro del bosque. Ante nosotros se presenta el barranco de la Tinaja en todo su esplendor. Nos acercamos a una pequeña meseta rocosa que, bien pudiera servir de mirador natural.
Mirando hacia la cabecera del barranco, a la izquierda se presenta poderosa Peña Blanca (1.455 mts.), al menos desde esta posición, también el Puerto de la Hoya, cuando la niebla lo permite, con un ralo manto de nieve que le da este toque místico.
Desde el mirador natural. Peña Blanca a la izquierda, al fondo el Puerto de la Hoya
Queda pendiente para otra ocasión la subida por el barranco de la Tinaja hasta el puerto de la Hoya, con mis ganas me quedo.
Continuamos nuestro camino una vez saciada nuestra curiosidad. Ya hemos subido a la cota máxima de nuestra ruta, caminamos sin desniveles importantes. Vamos en busca del cruce del arroyo de la Hoya, pero antes atravesaremos un tramo corto aunque bastante enmarañado -"enmatojao" como dicen por aquí- que conecta con el sendero que sube por el barranco, que nosotros desechamos al principio.
Una vez cruzado el arroyo, volvemos a transitar por carril en buen estado. Las vistas de este agreste barranco son inmejorables. Nos dirigimos hacia un peñón junto al camino. Giramos la vista atrás y es una maravilla lo que se puede contemplar a pesar de la espesa niebla de las alturas.
Escalamos al peñón, no tendrá más de 6 u 8 metros de altura con respecto al carril, pero es suficiente para sacar unas instantáneas, en las que se aprecia algún tramo del sendero que discurre por el fondo del barranco, por donde subía un grupo con el que nos encontramos en cruce del arroyo.
Descabalgamos el peñón, en ligera pendiente nos conduce hasta un pequeño collado, cruce de caminos a su vez, ya desde este punto la bajada se hace inexorable, tanto, que incluso ya se vislumbra de nuevo el valle del Quiebrajano.
El descenso se vuelve algo más pronunciado hasta que llegamos a un olivar, aquí giramos a la derecha para llegar a la aldea de Santa Cristina (Otiñar).
Cruzamos un puente de piedra, y junto a éste se encuentra una fuente de agua, comentar que el agua de esta fuente no está "controlada sanitariamente" según el cartel existente.
Ya queda poco para llegar a la carretera, a la que vemos muy cerca de nosotros. Solo nos quedan unos cientos de metros por descender hasta el amplio valle.
Comentaros que el camino ha sido algo más complicado por culpa de la lluvia, el terreno muy resbaladizo, sobre todo, lo que ha pisoteado el ganado (ovino) que lo bate a modo de mantequilla.
Algo más de 9'5 kms. que podrían haber dado algo más de juego si no hubiese sido por la niebla que resta objetivos a la cámara, pero el ambiente lluvioso y la niebla aportan otro punto de vista positivo, más teniendo en cuenta que casi no hemos tenido otoño.

C R O Q U I S


P E R F I L