La Hueta es uno de esos lugares encantadores en los que no me importaría vivir, con todas sus consecuencias.
La Hueta es una pequeña aldea perteneciente al municipio de Orcera (Jaén), localizada en un pequeño valle de la Sierra de Segura y rodeada por los cerros Peñalta, Bucentaina y el calar de Navalperal.
El asunto que nos trae hasta aquí son las cascadas del rio Morles, una vía fluvial de poco mas de 20 kms. de longitud, que nace en la cara Oeste del calar de Navalperal y desemboca en el río Guadalimar.
Al ir remontando el sendero aparece la cima del cerro Peñalta (1.400 mts.) con su caseta de fogoneros en la cima.
Se trata de un conjunto de cuatro saltos de agua sobre roca caliza muy vistosos. El primero de ellos (fotos superiores) lo encontramos a 1'2 kilómetros desde el inicio de la etapa.
La segunda (fotos superiores) es la de mas difícil acceso y se podría decir que es doble, la inferior no aparece en el reportaje por ser de muy difícil acceso.
Esta segunda cascada la podemos contemplar desde su parte superior (fotos inferiores).
La tercera cascada se encuentra a unos 250 metros de la segunda. Salvo la primera, el resto es de difícil o muy difícil acceso por ser un valle estrecho y profundo con laderas muy verticales.
Hay que estar muy atentos al sendero pues nos podemos despistar fácilmente. No está balizado y solo está marcado con pequeños hitos o mojones de piedras que los senderistas van señalando.
300 metros mas adelante se encuentra la cuarta y última de las cascadas. Esta cuarta, es doble, una de ellas es en forma de toba (formación caliza), y otro pequeño salto que ha sufrido un derrumbe lateral. (PRECAUCIÓN con los derrumbes)
Última cascada
Terminamos tramo de cascadas y remontamos el río hasta la Fuente de la Laguna. Atrás contemplamos el cerro Bucentaina.
Enlazamos con un carril que nos llevará hasta la laguna de La Hueta.
La laguna se forma sobre una capa arcillosa impermeable, sin llegar a tener emisario.
Panorámica laguna
Aunque por debajo de la laguna varias surgencias forman el arroyo de la laguna, comentar que al no recibir agua de ningún emisario, en periodo estival queda completamente seca.
Aprovechando un intervalo de desconfinamiento perimetral nos acercamos a Cazorla, una visita siempre agradable para los sentidos.
Lo primero que nos sorprende como siempre es su imponente Castillo de la Yedra.
Nos acercamos a mi rincón favorito de esta villa, la Plaza de Santa María, donde se encuentra las ruinas de la iglesia homónima y la Fuente de Las Cadenas.
La iglesia se levantó sobre el río Cerezuelo una vez embovedado, por lo que se puede transitar en visita guiada bajo el templo junto al río que recorre el subsuelo de dicho templo.
Un paseo por la ribera del río es siempre una delicia. Escuchar el rumos de sus saltarinas aguas y contemplar el verdor del entorno.
Río Cerezuelo
Solo andamos unos cientos de metros para dejar constancia de su belleza.
De vuelta, una bonita estampa de las ruinas de Santa María, aunque desde esta perspectiva no lo parezca.
