¡De que le sirve al minero
el talento y el sentío,
si allá en el fondo de la mina
parte la piedra blanda y dura
labra su sepultura!
el talento y el sentío,
si allá en el fondo de la mina
parte la piedra blanda y dura
labra su sepultura!
Así, de esta manera, quiero comenzar hoy esta ruta minera que os propongo, con un verso del cante mas representativo de la mina, la Taranta, sirva de homenaje a todos los mineros cuyo duro trabajo tuvieron que soportar durante sus vidas.
Para alguien como yo, hijo, sobrino y nieto de mineros, sería un honor escribir sobre la vida de estos hombres valientes y bravos que dieron en muchos casos su vida por llevar un mísero jornal a su casa, aunque creo que no tengo la clase literaria que se necesita para ensalzar su figura.
Tan querido y respetado por los suyos, como maltratado y vilipendiado por la sociedad y el sistema a cuenta de los prejuicios que de gente ruda y bragada estos siempre ostentaron. No obstante, en cualquier caso poco o nada tenían o temían que perder, su esperanza de vida era escasa, un accidente o la silicosis les adjudicaba una temprana fecha de caducidad, por eso ante la escasez o mala fortuna a algunos no les quedaba mas remedio que buscarse la vida de cualquier manera, sobra decir que como ahora entonces también rezaba aquello de "Dura lex, sed lex", como siempre expeditiva para con los débiles.
Río Los Curas o Grande, al fondo la cuerda desde La Estrella (dcha.) al Puntal (izqda).
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Tan querido y respetado por los suyos, como maltratado y vilipendiado por la sociedad y el sistema a cuenta de los prejuicios que de gente ruda y bragada estos siempre ostentaron. No obstante, en cualquier caso poco o nada tenían o temían que perder, su esperanza de vida era escasa, un accidente o la silicosis les adjudicaba una temprana fecha de caducidad, por eso ante la escasez o mala fortuna a algunos no les quedaba mas remedio que buscarse la vida de cualquier manera, sobra decir que como ahora entonces también rezaba aquello de "Dura lex, sed lex", como siempre expeditiva para con los débiles.
¡Me cogieron los civiles
robando en Sierra Morena,
los jueces me condenaron
y me trajeron andando
al penal de Cartagena!
Y es que fueron tiempos duros, en los que no era suficiente con el jornal misérrimo de la mayoría de los casos. Vida de penurias y de escasez, que unido a lo peligroso de su trabajo no eran óbice para olvidarse de vez en cuando de la desgraciada existencia que llevaban, pero que configuraron su leyenda de hombres duros que miraban de frente a la vida, casi siempre a la miseria, algunas veces la fiesta, la diversión, y todos los días cuando bajaban al pozo, a la muerte.
¡Grandes voces se sentían
en el silencio de la noche;
eran los bravos mineros,
que alegres se divertían
malgastando sus dineros!
que alegres se divertían
malgastando sus dineros!
Después de esta pequeña semblanza a la figura del minero, con mejor o peor fortuna, nos ponemos manos a la obra con la ruta que hoy nos trae aquí, por el río Los Curas hasta la Bomba, subida a El Centenillo y bajada desde el poblado minero otra vez al río Los Curas por el cerro de la Cuna.
Cerro Pardiñas a la izquierda
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El río Grande, o Los Curas como es mas conocido por los lugareños, hace de límite entre los términos municipales de Baños y La Carolina, perteneciendo El Centenillo a la primera y El Guindo a la última.
Por la carretera que une La Carolina-El Centenillo, a unos 11 kms. de la primera, se encuentra el puente que cruza el citado río, a unos 50 metros, junto a la entrada de la finca Iniestares, dejamos el coche, al otro margen de la carretera se encuentra una viga de hierro que es el inicio de la marcha, ¡ojo! indicar que cualquiera no puede pasarla, no dan muchas facilidades que digamos.
Desde el inicio de la ruta hasta la estación de bombeo de las aguas de El Centenillo -en adelante la Bomba- transitamos por una pista forestal que discurre en paralelo al río, encajado entre grandes cerros que sobrepasan los 800 metros de altitud. No tiene el tramo un gran desnivel, y aunque al principio se eleva un poquito hasta el primer pozo de la mina Los Curas, mantenemos la misma altitud en todo el recorrido hasta el cruce con el carril que baja desde El Centenillo, a partir de aquí perderemos altitud para llegar a la Bomba que se encuentra al nivel de río.
En el tramo por el que transitamos desde la mina Los Curas en adelante a nuestra mano izquierda el monte se encuentra repoblado de pinos piñoneros y pinos resineros, los tiempos de escasez conllevó la deforestación autóctona para cocinar y la obtención de carbón y cisco.
Llegamos a la segunda revuelta en el camino, que se corresponde con el barranco de Ministivel, al fondo podemos divisar la chimenea del Pozo del Águila a lo lejos, frente a nosotros en la otra margen del río se nos presenta el impresionante barranco del Manto.
Nos acercamos al cruce de caminos -pasando previamente por un arroyo- adonde tendremos que volver una vez visitemos la Bomba para subir hasta El Centenillo.
Este último tramo hasta la Bomba como os dije anteriormente es un pequeño descenso hasta el nivel del río donde se encuentra la estación elevadora de las aguas para la población de El Centenillo.
Pero antes de llegar aquí observamos en toda su majestuosidad el Puntal, un farallón rocoso donde reina el Buitre Leonado (Gyps fulvus), y otras especies de aves rapaces con el Águila Real a la cabeza, sirviendo esta muralla también como frontera natural y administrativa entre las provincias de Jaén y Ciudad Real, estos roquedales los regenta altivo El Montón de Trigo (1.210 mts.), a sus pies el arroyo de Los Camarenes.
En la Bomba paramos para repostar energías y nos entretenemos haciendo algunas fotos, sobre todo a unos eucaliptos gigantescos. El río baja con poco caudal pero cristalino, no hay nada que pueda contaminar sus aguas. Aunque discurre por terreno tan agreste el río Los curas no presenta un gran desnivel por lo que carece de saltos o cascadas, una lástima, desde la Bomba hasta donde iniciamos la ruta -6'5 kms.- unos 50 metros de desnivel, que no representa ni un 1% .
Continuamos la ruta, volvemos por donde hemos llegado y llegamos al cruce anteriormente comentado.
Desde el cruce comenzamos el ascenso hasta El Centenillo, rodeamos el Cerrillo del Plomo, hacemos otra curva de 180 grados, inexorablemente vamos ganando altura, ya nos encontramos bajo el pozo El Águila, un poco mas adelante transitamos bajo el Pozo Nuevo, en este punto las vistas son magníficas, se puede contemplar toda la cuerda de La Estrella, desde este pico hasta el Puntal, el arroyo Los Camarenes, el barranco del Manto y el cerro homónimo (912 mts.), hasta el cerro El Guindo (820 mts.) con su personalísima silueta cual Fuji andaluz.
Llevamos un km. aproximadamente, hemos rodeado el cerro Pardiñas haciendo la primera gran revuelta que se observa en el track, ganamos un poquito de altura y nos encontramos el primer pozo que pertenece a la mina de Los Curas -el segundo pozo se encuentra unos doscientos metros mas adelante.
A la derecha, en la otra margen del río se encuentra la Dehesa del Manto, podremos ver su cortijo junto a una mina abandonada, y en el fondo de ese barranco podemos divisar los terreros grises y los restos de la mina La Culebrina, a espaldas de El Guindo.
Continuamos la marcha, y unos 200 metros mas adelante, llegamos al segundo pozo de la mina Los Curas, un poquito mas adelante en la otra margen del río se presenta el barranco de Elises.
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Llegamos a la segunda revuelta en el camino, que se corresponde con el barranco de Ministivel, al fondo podemos divisar la chimenea del Pozo del Águila a lo lejos, frente a nosotros en la otra margen del río se nos presenta el impresionante barranco del Manto.
Nos acercamos al cruce de caminos -pasando previamente por un arroyo- adonde tendremos que volver una vez visitemos la Bomba para subir hasta El Centenillo.
Este último tramo hasta la Bomba como os dije anteriormente es un pequeño descenso hasta el nivel del río donde se encuentra la estación elevadora de las aguas para la población de El Centenillo.
Abejorro (Bombus terrestris) sobre una flor de Adelfa (Nerium oleander) |
En la Bomba paramos para repostar energías y nos entretenemos haciendo algunas fotos, sobre todo a unos eucaliptos gigantescos. El río baja con poco caudal pero cristalino, no hay nada que pueda contaminar sus aguas. Aunque discurre por terreno tan agreste el río Los curas no presenta un gran desnivel por lo que carece de saltos o cascadas, una lástima, desde la Bomba hasta donde iniciamos la ruta -6'5 kms.- unos 50 metros de desnivel, que no representa ni un 1% .
Continuamos la ruta, volvemos por donde hemos llegado y llegamos al cruce anteriormente comentado.
La Bomba de El Centenillo |
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Voy en este momento a hacer un inciso en la descripción de la ruta, pero, es que me arrebatan estas cosas; resulta que vamos transitando por monte público, pues bien, cuando llegamos a otra viga de hierro que no solo impide el tránsito de vehículos incluidas bicis, sino que "casi" impide el tránsito de personas -puesto que dejan un pequeño cuadrado a una altura de unos 80 cms. del suelo para que se pueda entrar o salir, como la del inicio de la ruta-, solo las que tengan un buen estado físico lo podrán sortear, al resto las condenan a no poder pasar salvo en helicóptero. Me parece inadmisible que esto pueda ocurrir cuando a 10 metros existe un panel indicativo del sendero al Cerrillo del Plomo. ¿Este es el respeto que nos merecemos los amantes del senderismo y público en general?, ¿que significado tiene tanta alambrada, tanta seguridad?. Claro que ya se podían dedicar a acondicionar fuentes de agua por ejemplo que no existe ninguna, en vez de poner tanta alambrada y tanta puerta, que encima nos cuesta el dinero a los contribuyentes. Claro que en el Parque Natural de Despeñaperros ocurre tres cuartos de lo mismo, luego te vende la moto "Jaén paraíso interior", y una ......, iba a escribir una expresión coloquial que todos conocéis.
¡Indignante! y caciquil.
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Bueno, dejando de un lado la sinrazón, cruzamos la viga y llegamos al Centenillo, otrora poblado minero, hoy lugar de segunda residencia para algunos y de asueto para muchos, y es que el lugar lo merece. Enlazamos con la carretera que viene desde La Carolina, la cual cogemos en dirección a esta última, unos cientos de metros después tras dejar a nuestra izquierda el barranco de Ministivel, nos dirigimos por un sendero al cerro La Cuna, donde al llegar a un pequeño cortijo derruido enlazamos con el cortafuegos. El primer tramo es un repecho para alcanzar el cerro La Cuna en el que los gemelos se ponen duros como una piedra, un sofocón en toda regla, pero a partir de la cima el cortafuegos comienza un vertiginoso descenso que puede pasar factura a las rodillas -yo lo aviso-, las vistas de todo el valle del río Los Curas impresiona, enfrente el inconfundible Cerro del Guindo, Cerro Borrás, y dehesa del Manto.
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Caminamos entre pinos piñoneros y pinos resineros de repoblación, en el segundo tramo de bajada se nos cruzan unas ciervas a la carrera temerosas de nosotros, tiene gracia pero de los que menos deberían de temer es de nosotros, los enemigos son otros.
Llegamos a las casas de la mina de Los Curas, ya nos queda sólo el último tramo de descenso, muy cortito y empalmamos con el carril del inicio a la altura del primer pozo de la mina Los Curas, cogemos el camino en sentido inverso y volvemos al punto de partida.
Llegamos a las casas de la mina de Los Curas, ya nos queda sólo el último tramo de descenso, muy cortito y empalmamos con el carril del inicio a la altura del primer pozo de la mina Los Curas, cogemos el camino en sentido inverso y volvemos al punto de partida.
Hemos tardado bastante en concluir la ruta, pero es que somos unos ansias con las fotos, tampoco tenemos prisa, esto no es una prueba deportiva, es el placer de pasear y contemplar, los records los dejamos para los atletas.
Camino que cruza a mitad del cortafuegos. |
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Casas de la mina de Los Curas |
CROQUIS:
Croquis de la ruta |
TRACK GPS:
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