Creía que lo tenía todo visto por el Parque Natural de Despeñaperros pero, sigue sorprendiéndome, claro, una cosa es pasar con la bici y otra muy diferente patear fuera de pista, y en este caso concreto descender un barranco por el cauce del arroyo.
Pero además esta ruta tiene connotaciones históricas, no en vano este paraje que hoy visitamos fue testigo directo de la famosa batalla de Las Navas de Tolosa. Comenzamos la ruta el km. 2 de la carretera que une Santa Elena (Jaén) y la aldea de Miranda del Rey. Estacionamos el coches en una explanada conocida como el carril de Las Américas, ubicado en el llano que le da nombre y que fue escenario de la contienda entre moros y cristianos allá por julio de 1.212. |
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Atravesamos el llano de la contienda por el carril que se dirige entre otros a la casa rural de la Mesa del Rey, otro topónimo que se explica por sí mismo.
Comenzamos un descenso vertiginoso hasta el arroyo del Rey, y una vez atravesado este, subimos por un cortafuegos, con un buen repecho que nos hace entrar en calor en esta fría mañana de enero. |
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Todo el descenso del barranco lo hacemos fuera de sendero, monte a través, cambiando continuamente de margen en función de la orografía. El espectáculo es maravilloso, piedras y arboles -quejigos en su mayoría- cubiertos de musgo, el arroyo baja con buen caudal después de las últimas lluvias. |
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Pequeños saltos, gradas y terrazas van jalonando el curso del arroyo de Navalquejigo. Ya tenemos a la vista los dos espolones de piedra que flanquean el arroyo, la Cerrada del Castillo, ¿que nos deparará?.
Entramos en ella, y el arroyo se ha encajonando entre sus verticales paredes, cambiamos continuamente de margen, ya que en algunos momentos es imposible avanzar, vamos pegados a las paredes rocosas, utilizando cualquier saliente, bordillo, para ir ganando metros, otras veces, tenemos que doblarnos bajo ramas o árboles caídos, saltando de roca en roca con mucho cuidado, porque algunas parecen pistas de patinaje. |
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Espectacular el escenario, aunque llega un momento en el que encontramos una gran piedra pulida como un tobogán de unos cuantos metros de altura por la que nos deslizamos arrastrando el culo y nos es imposible descender, -habría que hacer un rapel para descenderla- así que aprovechamos unos pequeños trancos y rodeamos la roca, agarrándonos a todo lo que podemos.
Llega un momento en el que no podemos continuar, y dar la vuelta no es una opción, así que miramos para arriba y, decidimos escalar una pared vertical de unos 5 metros de altura, -sube la adrenalina- con las rocas llenas de musgo, agua y barro, perfecto para desequilibrarte, pero, eso no es todo, además Domi y Toni van con sus mascotas -muy complicado-, y todo ello aderezado de ramas y zarzas para darle mas emoción pero, poco a poco salvamos el obstáculo, y una vez recuperado el resuello y el nivel de adrenalina a su normalidad, volvemos a caminar por tierra firme -este paso nos ha llevado calculo que unos 40 minutos para atravesar unos 150 o 200 metros-.
Llega un momento en el que no podemos continuar, y dar la vuelta no es una opción, así que miramos para arriba y, decidimos escalar una pared vertical de unos 5 metros de altura, -sube la adrenalina- con las rocas llenas de musgo, agua y barro, perfecto para desequilibrarte, pero, eso no es todo, además Domi y Toni van con sus mascotas -muy complicado-, y todo ello aderezado de ramas y zarzas para darle mas emoción pero, poco a poco salvamos el obstáculo, y una vez recuperado el resuello y el nivel de adrenalina a su normalidad, volvemos a caminar por tierra firme -este paso nos ha llevado calculo que unos 40 minutos para atravesar unos 150 o 200 metros-.
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En este punto el arroyo se ensancha notablemente, aunque hay algún tramo muy de vez en cuando que se angosta, pero vamos caminando por el cauce.
Este tramo está salpicado de alisos en toda la ribera, con agua y el suelo alfombrado de hojas, no tiene que envidiar a otros cursos fluviales famosos. Seguimos descendiendo -mas moderadamente- el arroyo y subimos por la falda, utilizando las sendas que hacen las reses, ganamos comodidad en detrimento de espectacularidad que aporta el arroyo, pero, ya estamos muy cerca del cortijo de María Pía. Llegamos al puente nuevo sobre el arroyo de Navavaca, -hace unos años las fuertes lluvias destrozaron el anterior paso- a la izquierda el carril enlaza con el que llevábamos al inicio, antes de llegar al raso en el monte. |
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MAS FOTOS:
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CROQUIS:
TRACK GPS:
Excelente propuesta. Un par de veces he estado asomado en la cerrada y he dado la vuelta aplicando tu sabio criterio, iba solo y allí hay que destrepar con cuerdas. Ese tramo de Navalquejigo-Navavaca hasta María Pía le tengo bastantes ganas, algún día...
ResponderEliminarComo comprobaríais durante vuestro recorrido, este "paso de la losa" es imposible para un ejercito. Ello no quita que esa sea la Losa (aunque no el paso) del que habla Ximenez de Rada, entidad tiene para ello.
!que bonito está Despeñaperros en invierno¡ !Enhorabuena¡, me habeis puesto los "dientes largos"...
!Muchas gracias¡ Galeno Mam.
EliminarEn primer lugar desearte una pronta recuperación.
Creo que la salida de la cerrada fue bastante complicada pero, muy muy excitante y bonita.
Efectivamente tienes toda la razón en cuanto a que es imposible que por ahí pasara un ejército pero, yo entiendo que el paso posiblemente se refiera al que llevamos nosotros, es decir, desde el arroyo del Rey hasta el castillo de Castro Ferraz, supongo que le llamarían al camino por la cerrada, la verdad que es una losa.
Un Saludo y, a ver si coincidimos en alguna.
P.D. Me encantó tu ruta de El Pernales.