Me esperaba algo menos de esta ruta, en parte porque ya he andado por este parque unas cuantas veces, sin embargo me ha vuelto a sorprender por los bellos rincones vistosacompañado por el hecho de las nubes bajas que le dieron ese toque misterioso.
Dejamos el coche dos kilómetros antes de llegar al Puerto de La Mata. Subiendo desde Torres hay que sobrepasar La Fuenmayor y la Cascada del Zurreón.
Dejamos el coche dos kilómetros antes de llegar al Puerto de La Mata. Subiendo desde Torres hay que sobrepasar La Fuenmayor y la Cascada del Zurreón.
Andamos por la umbría del Cerro Càrceles, entre un bonito bosque mixto de caducifolios, mayormente (Acer monspessulanum) y bosque mediterráneo mezclado con coníferas.
Sendero bien definido que nos lleva hasta Los Gamellones donde visitamos su mirador y unos metros mas adelante se encuentra la fuente (seca) del mismo nombre.
Monteagudo desde la umbría del Cárceles |
Después de descender hasta la cota mínima de la ruta, ascendemos hasta el Collado de la Víbora. A nuestra izquierda Monteagudo. Hemos dejado atrás el Ponce y Almadén, pero aún visibles.
A partir de este punto, fuerte ascenso junto a la alambrada por las veredas practicadas por el ganado, ya que el sendero es difícil de seguir.
Transitamos con un ojo puesto en el barranco de La Eruela y otro en la bonita y agreste Corona.
Un pequeño tramo por umbría hasta llegar a una puerta en la alambrada que cruzaremos (cruzamos unas cuantas). Hay tiempo para fotografiar un bonito y solitario arce de montpellier, presentes por toda la zona.
Transitamos con un ojo puesto en el barranco de La Eruela y otro en la bonita y agreste Corona.
Barranco de La Eruela y La Corona a la derecha. |
Un pequeño tramo por umbría hasta llegar a una puerta en la alambrada que cruzaremos (cruzamos unas cuantas). Hay tiempo para fotografiar un bonito y solitario arce de montpellier, presentes por toda la zona.
En este punto, comienza a ponerse la cosa interesante. Las nubes bajas entran en acción y comienzan a dar juego a la cámara. Mezcladas con la Serrezuela de Bédmar y la agreste Corona, les da un aire aún mas abrupto.
Tiempo de relax y disfrute observando la bella estampa con el grupo desde la Corona, fotos por doquier que quedan plasmadas en este reportaje.
Descenso desde La Corona por una pequeña cañada sorteando los numerosos ejemplares de espino albar.
Faldeando el Cerrillo de Los Vaqueros en busca de un pequeño collado que marca la frontera entre los barrancos de los arroyos de La Eruela y del Perú.
Panorámica desde La Corona |
Faldeando el Cerrillo de Los Vaqueros en busca de un pequeño collado que marca la frontera entre los barrancos de los arroyos de La Eruela y del Perú.
Volvemos a retomar el sendero perdido. Atravesamos una alambrada en el cauce del arroyo del Perú.
Este es quizá el tramo de sendero mejor conservado y más bonito, con refuerzos de mampostería originales, una gozada.
Este es quizá el tramo de sendero mejor conservado y más bonito, con refuerzos de mampostería originales, una gozada.
Las nubes se acercan y alejan. Ascendemos en busca del Montazo, pero antes una encina centenaria o milenaria atrae nuestra atención.
En esta sierra los ejemplares de quercíneas son extremadamente grandes, debe ser el hecho de morar a esta altitud (ya andamos sobre los 1.600 metros).
Panorámica Barranco del Perú |
Encaramos el último repecho para llegar a un pequeño collado junto al Montazo, luego, otro tramo entre un bosque de coníferas nos acerca hasta el Caño del Aguadero.
Nos acercamos a la fuente del Caño del Aguadero a repostar y a saborear el relajante paisaje de chopos y el Cerro de las Lagunillas, contraste de piedra blanca con el tono ocre de los chopos y el verdor de la hierba.
Nos acercamos a la fuente del Caño del Aguadero a repostar y a saborear el relajante paisaje de chopos y el Cerro de las Lagunillas, contraste de piedra blanca con el tono ocre de los chopos y el verdor de la hierba.
Aquí comienza el tramo más cómodo, pues hasta el final (salvo un corto tramo) caminamos sobre carril.
De camino a la Fuente del Espino, vivimos el episodio más espectacular que aportaron las nubes bajas. A nuestros pies, el mar de nubes transmite una sensación indescriptible a la que parece que quisiera sumarse el Aznaitín (1.745 mts.) mostrando su altiva cima entre el mar de nubes.
De camino a la Fuente del Espino, vivimos el episodio más espectacular que aportaron las nubes bajas. A nuestros pies, el mar de nubes transmite una sensación indescriptible a la que parece que quisiera sumarse el Aznaitín (1.745 mts.) mostrando su altiva cima entre el mar de nubes.
Con el barranco del Perú a nuestra derecha desaparecido bajo las nubes nos acercamos a la Fuente del Espino, que con un escaso hilillo de agua produce cierta tristeza comprobar como cada año el cambio climático se hace patente con la escasez de precipitaciones.
Continuamos por el carril, ejemplares de madreselva (Lonicera arborea) nos salen al encuentro. El Cárceles se encuentra nuestra derecha, a nuestra izquierda la cresta del cerro Mágina. Caminamos por el Cordel del Aguadero.
Buscamos un atajo una vez pasada la enésima y última alambrada para recortar algo de distancia. Por la Fuenfría salimos al encuentro del arroyo de Los Prados, un excepcional ejemplar de arce de montpellier me deja asombrado, es el mas grande que haya visto jamás, la Peña Jaén se suma a la fiesta haciendo compañía a tamaño arce.
Ascenso por el camino de Mata Bejid que nos llevará hasta el Puerto de La Mata. Echando la vista atrás vemos por última vez la imponente Peña Jaén y la cima del Serrate.
Por encima del Cerdón sobresalen los colosos de Sierra Nevada, siempre presente desde cualquier punto de las sierras jaeneras.
Entre dos colosos de Sierra Mágina se encuentra el Puerto de La Mata, Ponce y Almadén, ambos sobrepasan los dosmil metros.
Panorámica de Peña Jaén y el Serrate subiendo al Ptº de La Mata |
Entre dos colosos de Sierra Mágina se encuentra el Puerto de La Mata, Ponce y Almadén, ambos sobrepasan los dosmil metros.
Almadén y Ponce hacen de muralla contra las nubes que pierden la batalla con estos colosos por colarse en la cara de solana.
Nosotros si la perdemos con la niebla en nuestro inexorable descenso en busca del vehículo. Quien diría que en apenas doscientos metros puedes encontrar dos días diferntes, así es la montaña.
Nosotros si la perdemos con la niebla en nuestro inexorable descenso en busca del vehículo. Quien diría que en apenas doscientos metros puedes encontrar dos días diferntes, así es la montaña.
Descendiendo Ptª de La Mata |
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