Orisia. Así se llamaba la ciudad fundada por los íberos en el siglo IV a.C. sobre esta meseta calcárea dentro del término municipal de Vilches.
Tres conjuntos arqueológicos, un poblado ibérico (oppidum); un conjunto de cuevas excavadas en la roca y datadas en el primer milenio de nuestra era y una fortaleza medieval.
Tres conjuntos arqueológicos, un poblado ibérico (oppidum); un conjunto de cuevas excavadas en la roca y datadas en el primer milenio de nuestra era y una fortaleza medieval.
Fortaleza medieval que vigiló la frontera después de la victoria cristiana de 1212, aunque anteriormente había sido una fortaleza almohade, y antes... .
Los vestigios mas antiguos de este emplazamiento, se remontan a unos tres milenios a C. en la edad de bronce, un poblado de cabañas. Los íberos fundaron Orisia en el siglo IV antes de Cristo.
Fue destruido por los romanos en el siglo I a C. durante las guerras con Sertorio.
Caminando por la meseta, nos encontramos con algunas excavaciones, aunque no parece que sean muy actuales o tengan continuidad. Mientras, llegamos al vértice geodésico de Giribaile (520 m.s.n.m.)
Caminando por la meseta, nos encontramos con algunas excavaciones, aunque no parece que sean muy actuales o tengan continuidad. Mientras, llegamos al vértice geodésico de Giribaile (520 m.s.n.m.)
Desde el vértice, nos dirigimos hasta un waypoint marcado como "petroglifos", y efectivamente una roca excavada y modelada a modo de chozo, contiene en su interior estos petroglifos, que han recibido la visita de uno de los muchos imbéciles que pululan por este mundo.
Volvemos a la arista sur/sureste de la meseta en busca de las Cuevas de Espeluca. Excavadas a golpe de cincel y martillo en la roca, tuvo que ser un trabajo inconmensurable. Nos detenemos en el pilar que está junto al cortijo a observar a los renacuajos de rana común.
Impresionantes cuevas, una de ellas con varios pasadizos y salas, que posiblemente se dedicaron como vivienda y espacio de culto, unido a ello, en el extremo norte se construyó una fortificación que después sería utilizada por los almohades para erigir una fortaleza.
Una vez visitadas estas maravillosas cuevas, por el camino iniciamos la vuelta. Éste discurre entre olivos cerca de la orilla del pantano del Giribaile, nombre que posiblemente sea una derivación de Gil Baile de Cabrera, quién fue señor del castillo en 1379.
Subiendo al castillo por la cara noreste, encontramos abundante flora, entre otros, varias especies de orquídeas. También en la cara este, algunos ejemplares de almez (Celtis australis) entre las numerosas aulagas.
Agradable paseo para hacerlo en familia, que como única dificultad son los 150 metros de desnivel que hay que superar al inicio hasta alcanzar la meseta.
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