Fecha

lunes, 27 de abril de 2015

Chiclana de Segura


Panorámica de la Sierra de Segura y de Chiclana desde su mirador

A caballo entre las comarcas de Segura y El Condado -perteneciente a esta última-, Chiclana de Segura está incluida dentro del P.N. de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.
Limita también con la provincia de Ciudad Real por el norte, perteneció a la Mancha antes de la reestructuración administrativa de 1834.
Fue conquistada para la corona de Castilla en 1226, pasando a pertenecer a la Orden de Santiago e integrada en el priorato de Villanueva de los Infantes.

Comenzamos a pasear por sus estrechos callejones que nos  devuelven a otros tiempos. Silencio y quietud en estos pueblos de ascendencia morisca, idóneos para descansar y apartarse del mundanal ruido.
Campanario de S. Pedro
A casi 900 metros de altitud le confiere una privilegiada posición de vigilancia, y nos comentan que en verano esa altitud, les permite tener unas noches relativamente fresquitas.
Nos cuenta una parroquiana que la patrona de Chiclana es la Virgen de Nazaret, cuya romería se celebra el día diez de mayo, de ahí que la estuviesen preparando para ubicarla en su paso.
Portada de la iglesia de S. Pedro
Nos invitan amablemente a la romería y departimos sobre cuestiones del templo que nos ayudan a comprender el funcionamiento de la iglesia en estos pueblos donde la devoción y la buena disposición suplen la falta de ingresos dinerarios para ciertos menesteres.
Después de visitar la iglesia parroquial de San Pedro (levantada en el siglo XVII 1648), nos dirigimos al mirador. Se puede subir de dos maneras, bien por las escaleras interiores a través de la roca o, por el moderno ascensor junto a la boca del túnel excavado en 1950.
Vistas espectaculares a todo el valle del río Guadalimar y a las sierras de Segura y Las Villas, destacando hacia el sur, el promontorio de más de 1000 metros, donde se asienta Iznatoraf, otro bello pueblo de ascendencia almohade.
Hay tiempo para fotografiar unas bellas flores como la boca de dragón, (Antirrhinum australe) en el mirador, luego, nos dirigimos a la cima del cerro (934 m.s.n.m.) donde se asienta esta bonita localidad para ampliar horizontes.
Terminamos la visita descendiendo de nuevo por la calle Atalaya, enrevesado callejero, ideal para jugar al escondite, la pena es que los niños ya no practican esos juegos.

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