Nada mejor para comenzar la temporada -después de un largo periodo de inactividad por culpa de este verano larguísimo- que hacerlo con este relajante paseo por esta preciosa Laguna de Uña.
Así que partiendo desde Cuenca, nos dirigimos por la carretera CM-2105 en dirección a Villalba de la Sierra y desde aquí a la pequeña -pero encantadora- localidad de Uña para un total de 36 kilómetros.
Hicimos parada obligatoria en el famoso Ventano del Diablo que publiqué en mi anterior entrada del blog.
Los árboles caducifolios con su vestido otoñal le dan un toque bucólico pese a la luminosidad del día.
Los árboles caducifolios con su vestido otoñal le dan un toque bucólico pese a la luminosidad del día.
Pasamos por delante del dique y unos edificios abandonado para girar a la derecha y coger un camino que nos lleva rodeando la laguna hasta el observatorio -uno de ellos-.
Algunas aves acuáticas nos acompañan con su presencia. El color del agua junto al reflejo de las nubes le dan un toque de postal a la laguna.
La laguna tiene una superficie de unas 15 hectáreas aproximadamente, y es alimentada por el arroyo del Rincón.
Junto a la Escuela Regional de Pesca, existen unas pasarelas y puentes de madera sobre el arroyo del Rincón, que con su aguas cristalinas convierte esta ruta en una delicia.
Una vez que salimos a una carretera asfaltada y transitamos unos cientos de metros, a la izquierda nos encontramos el indicador a la Ermita de la Virgen del Espinar. Unos cincuenta metros.
Una pequeña concavidad en la roca hace de altar a la figura de la Vírgen. Unos cientos de metros después nos conduce al Mirador de la laguna.
El Mirador de la laguna es sin duda el mejor punto para contemplar este complejo fluvial en toda su extensión. El cielo parcialmente nublado acompaña al decorado para la sesión fotográfica.
Continuamos la ruta y pasamos por el área recreativa junto a la laguna, un lugar para saciar el estómago una vez saciado el espíritu.
Luego nos adentramos en la pequeña localidad e Uña, la iglesia de San Roque y la Plaza de la Constitución, sirven como punto final de esta corta, pero agradabilísima excursión.
Luego nos adentramos en la pequeña localidad e Uña, la iglesia de San Roque y la Plaza de la Constitución, sirven como punto final de esta corta, pero agradabilísima excursión.
Lo ideal para hacer esta ruta, sería echar viandas y disfrutar del entorno desde su área recreativa, merece la pena.
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