Tíscar (Jaén), es un enclave histórico en tierras de frontera, cuando el Islam en la península daba sus últimos estertores.
Enclavado a caballo entre las sierras de Quesada y El Pozo, es un enclave turístico-religioso visitado por multitud de personas gracias a su maravillosa Cueva del Agua y a su santuario erigido en honor a la Vírgen de Tíscar.
Enclavado a caballo entre las sierras de Quesada y El Pozo, es un enclave turístico-religioso visitado por multitud de personas gracias a su maravillosa Cueva del Agua y a su santuario erigido en honor a la Vírgen de Tíscar.
Comenzamos nuestro paseo visitando el templo religioso y su entorno adornado de fuentes en la que se puede leer unos versos del poeta Antonio Machado.
Por una estrecha callejuela nos dirigimos a las escaleras que da acceso a la subida al abrupto roquedo donde se encuentra el Castillo de don Pedro. En su día fue el punto mas avanzado del reino Nazarí.
Unas vertiginosas escaleras metálicas nos conducirán a una pequeña fortaleza amurallada y coronada por su torre del homenaje.
A tener en cuenta las escaleras, sobre todo para las personas que sufran de vértigo, pues como se puede ver en las fotos superiores son muy pendientes.
A tener en cuenta las escaleras, sobre todo para las personas que sufran de vértigo, pues como se puede ver en las fotos superiores son muy pendientes.
Una vez descendido el castillo, comenzamos una pequeña ruta circular al cerro de La Pedriza por el Barranco de La Presilla.
Este pequeño promontorio (1.187 mts.) nos proporciona unas bonitas vistas a todo el entorno de Tíscar.
Este pequeño promontorio (1.187 mts.) nos proporciona unas bonitas vistas a todo el entorno de Tíscar.
Aunque hacia el norte, el imponente Rayal nos imposibilite las vistas, en cualquier dirección que se mire es un espectáculo.
Aprovecho para fotografiar algunas florecillas que se dan en entornos calizos como lo es este cerro, por cierto, dificultoso de ascender estos pedregales de lapiaz.
Cerro de Las Carboneras desde La Pedriza |
Hacia el Este, el cerro Don Pedro y la loma de Cagasebo que discurre paralelo al barranco de la Presilla.
La omnipresente Sierra Nevada, visible desde cualquier punto de la geografía giennense.
Circundamos este cerro de La Pedriza por el barranco de La Presilla que nos conduce hasta la carretera de Quesada a Tíscar.
Cerro de don Pedro y Loma de Cagasebo |
Circundamos este cerro de La Pedriza por el barranco de La Presilla que nos conduce hasta la carretera de Quesada a Tíscar.
Llegados al puente sobre el arroyo Vadillo, cruzamos la carretera por el sendero GR-247 que nos lleva hasta la Fuente Vadillo, junto al arroyo homónimo, un encantador lugar donde volveremos para almorzar junto al rumor de la fuente.
Después de la comida, visita a la Cueva del Agua. En este lugar se apareció la Vírgen de Tíscar, y en este lugar se venera su pequeña imagen que se encuentra en un hueco de la cueva.
Para acceder a ella habrá primero que cruzar con mucho cuidado por este pequeño túnel.
Para acceder a ella habrá primero que cruzar con mucho cuidado por este pequeño túnel.
Una serie de bellos saltos de agua adornan este tramo del arroyo Vadillo. Un empinado tramo de escaleras nos conduce hasta la parte inferior.
Aprovechamos para hacernos unas fotos de recuerdo de este idílico lugar.
Descendemos al nivel inferior de la cueva para hacernos unas fotos y retratar esta bella cúpula natural y el precioso salto de agua.
Aprovecho un pequeño espacio de tiempo donde no se interponga turista alguno para captar este enclave natural.
De vuelta a casa por la carretera de Quesada, hacemos un alto en el Puerto de Tíscar para visitar la Torre del Infante don Enrique y contemplar los bellos alrededores.
Paramos junto a la Fuente de Las Carboneras, junto a la carretera. De camino al torreón, unas fotos de la cordillera de Los Agrios (Rayal, Picón del Guante y Aguilón del Loco) a la que el insigne D. Antonio Machado compuso aquel verso que decía así:
"En la Sierra de Quesada
hay un águila gigante,
verdosa, negra y dorada,
siempre las alas abiertas.
Es de piedra y no se cansa.
Pasado Puerto Lorente,
entre las nubes galopa
el caballo de los montes.
Nunca se cansa: es de roca.
En el hondón del barranco
se ve al jinete caído,
que alza los brazos al cielo.
Los brazos son de granito.
Y allí donde nadie sube
hay una Virgen risueña
con un río azul en brazos.
Es la Vírgen de la Sierra. "
Saciada mi innata curiosidad una vez subido al torreón, nos encaminamos a casa, contrariado por tener que abandonar este hermoso sitio.
Unas imágenes desde el Puerto de Tíscar de la Sierra de Quesada y de la localidad que le da nombre, son el broche a esta bonita y agradable jornada en esta sierra giennense
"En la Sierra de Quesada
hay un águila gigante,
verdosa, negra y dorada,
siempre las alas abiertas.
Es de piedra y no se cansa.
Pasado Puerto Lorente,
entre las nubes galopa
el caballo de los montes.
Nunca se cansa: es de roca.
En el hondón del barranco
se ve al jinete caído,
que alza los brazos al cielo.
Los brazos son de granito.
Y allí donde nadie sube
hay una Virgen risueña
con un río azul en brazos.
Es la Vírgen de la Sierra. "
Fuente de Las Carboneras |
Unas imágenes desde el Puerto de Tíscar de la Sierra de Quesada y de la localidad que le da nombre, son el broche a esta bonita y agradable jornada en esta sierra giennense
Nota:El orden de visita se puede establecer como cada cual prefiera. Yo lo hice así para visitar la cueva después de la comida evitando el calor del mediodía, cuando se está mas fresco en la cueva.
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